“Jugar al aire libre es crucial para la salud de los más pequeños”, afirma Afamour, “más aún si atendemos a los alarmantes datos de obesidad infantil de nuestro país”. “A menudo, se infravalora el papel crucial de los parques y juegos infantiles en la salud, física y mental, de los niños, así como en su desarrollo”, lamentan desde Afamour.
Ayudan considerablemente a reducir la tasa de obesidad, y lo hacen además de manera lúdica y a un precio razonable, sin ningún desembolso económico para las familias». “Por ello, desde la asociación queremos promoverlos y concienciar a la sociedad de su importancia; entendemos además que deberían fomentarse desde la Administración y sus áreas sanitarias”.
Los parques y áreas de juegos infantiles no sólo son eficaces contra la obesidad infantil, y sus posibles peligros derivados, como diabetes, hipertensión, colesterol… “Diferentes estudios demuestran que además permiten a los niños utilizar su creatividad mientras desarrollan su imaginación, destreza, y fortaleza psicológica, cognitiva y emocional”, según Afamour.
Pero, ¿qué requisitos se le exige a este producto? O ¿cómo es un parque infantil “10?: Desde Afamour aportan estas pautas:
Los juegos y elementos de mobiliario urbano tienen que estar realizados con materiales y tratamientos no tóxicos ni conductores de electricidad. Los elementos metálicos con protección anticorrosión, las maderas tratadas y los plásticos constituyen los materiales más habituales, y se seleccionan pavimentos que amortiguan los golpes y caídas.
Deben estar realizados con materiales de alta calidad que aportan gran resistencia frente al vandalismo y la climatología adversa.
Tienen que ser resistentes, estables y con estructuras seguras, con cimentaciones y anclajes comprobados; con barreras y protecciones anti-caídas en zonas de altura.
Además, su diseño debe evitar atrapamientos de dedos, cabeza y cuerpo. Las estructuras de juego no pueden tener aristas, bordes cortantes y salientes peligrosos; ni astillas y restos que puedan causar daños.
Cada juego tiene que contar con una zona de seguridad que evite choques entre usuarios de juegos próximos y lesiones en caso de caídas.
Deben crearse accesos limitados para los niños pequeños si el juego no es apropiado para los más peques, y zonas de seguridad en cada elemento (mínimo 150 cm) con recubrimiento de seguridad amortiguador (arena, gravilla o suelos sintéticos) en función de la altura de caída.
Respecto a la señalización, deben ser visibles las edades de uso y la información sobre el titular del parque y los teléfonos de reparaciones y emergencias”. Asimismo, se advertirá e impedirá la entrada de animales.
Las áreas infantiles, por otra parte, deben estar a más de 30 metros del tráfico rodado o su perímetro estará vallado con medios naturales o artificiales para que los niños no accedan a la calzada con facilidad.
Su diseño debe adaptarse a usuarios con dificultades de movilidad, evitando escalones, bordillos y pavimentos inapropiados para sillas de ruedas.
Importancia del mantenimiento
Por último, los parques no deben olvidar a las personas mayores, e incluir entre su equipamiento mobiliario urbano, como bancos para sentarse, fuentes, papeleras, etc.
Así, indica Afamour, un área de juego atractiva además de ayudar a desarrollar la imaginación y motricidad de los niños, constituye un elemento estimulador de las relaciones familiares y sociales en nuestras ciudades que debemos cuidar y valorar.