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El 20% de los parques infantiles está en mal estado
ELMERCURIODIGITAL 12.3.12
Esta asociación afirma que la inversión en las áreas infantiles ha descendido un 25% anual desde 2010, y «esto empieza a apreciarse en el deterioro y falta de seguridad».
Aunque el 20% de los parques infantiles están en mal estado hay algunos que, incluso pueden ser peligrosos porque presentan «astillas en las partes de madera, oxidaciones en las partes metálicas, tornillos flojos, grietas en los suelos de seguridad, desgastes en ciertos componentes como cuerdas y/o la aparición de aristas cortantes».
«Los recursos se han congelado, se realizan las mínimas reparaciones, las operaciones de conservación y mantenimiento se han reducido y, en muchos casos, se han rescindido los contratos de mantenimiento o no se abonan los cánones acordados a las empresas mantenedoras. Desgraciadamente, sólo cuando hay un accidente en estas áreas por falta de mantenimiento se sacan presupuestos para arreglos urgentes y además más caros», afirmó Javier Yoller, presidente de Afamour.
Explican desde la asociación que en el periodo 2005-2009 mejoró significativamente el estado de los parques gracias a la sustitución de muchos que se habían quedado obsoletos y a la adecuación de los suelos amortiguadores, pero que «hoy, hemos vuelto a la situación anterior a 2005».
Según Afamour, los ayuntamientos han comprado juegos certificados, han instalado suelos de goma amortiguadores, pero no han destinado recursos al mantenimiento, ni a la inspección y conservación de los juegos.
Además, denuncian que, «en algunos casos, sobre todo en las zonas turísticas, se empiezan a ver juegos de fabricación china, de un aspecto muy aparente, pero con deficiencias de seguridad e incluso sin certificaciones de conformidad».
Aseguran los fabricantes que en los actuales formatos de licitación pública predomina muchas veces el factor precio por encima de la calidad; esto hace que «nos hayamos encontrado productos ?en su mayoría no fabricados aquí- que posiblemente no reúnan unas condiciones óptimas de seguridad y calidad. Si a esto le añadimos cierta falta de mantenimiento, el resultado en algunos casos es que el consumidor se encontrará con productos de un estándar de calidad mediocre y mal mantenidos».